La evolución del deporte que conocemos y amamos hoy fue posible durante el período del fútbol amateur. Al principio, el fútbol era un deporte popular entre la gente común, principalmente de los barrios rurales y de clase trabajadora, así como entre los estudiantes que buscaban una forma activa de pasar el tiempo. Las reglas de este caótico juego variaban según la zona o la sociedad en la que se jugaba. El fútbol comenzó a estructurarse más en el siglo XIX, en particular en las universidades e instituciones. En ese momento, se realizaron esfuerzos para codificar las regulaciones, lo que contribuyó a la creciente popularidad del juego.
El honor, la voluntariedad y la pasión por el juego eran las piedras angulares del fútbol amateur, y los jugadores no recibían compensación económica por jugar. Pero a medida que el fútbol comenzó a atraer a más jugadores y fanáticos, este enfoque idealista comenzó a presentar fallas. El aumento explosivo de la popularidad del fútbol en la segunda mitad del siglo XIX llevó a la necesidad de partidos más impresionantes y equipos más poderosos. Los mejores jugadores eran buscados por los clubes, y algunos comenzaron a pagar a deportistas talentosos por su tiempo o incluso a proporcionar fondos de entrenamiento en un esfuerzo por mantenerlos a bordo. Esto generó conflictos, ya que el método amateur convencional comenzó a decaer.
Como resultado de estas modificaciones, el estatus profesional del fútbol fue reconocido formalmente hacia finales del siglo XIX. La eliminación de la prohibición de los salarios de los jugadores, que permitía a los atletas centrarse únicamente en el fútbol, fue un paso significativo. Este fue un evento que cambió el juego porque los equipos pudieron traer más jugadores con formación profesional, lo que aumentó el calibre y el nivel de competencia en los juegos. Un aumento en el número de espectadores también hizo posible el fútbol profesional, proporcionando a los clubes un flujo constante de ingresos.
El fútbol se puso al alcance de millones de fanáticos gracias al auge del deporte profesional. El fútbol evolucionó de una actividad recreativa a una industria deportiva seria, logrando un equilibrio entre la defensa de los principios morales y la búsqueda del éxito financiero. Este fue el comienzo de una nueva era en la que el fútbol evolucionó de una actividad recreativa a un fantástico deporte internacional.